jueves, 28 de febrero de 2013

Un día cadavérico.

Soy un saco de dolor.

Soy un saco de huesos.

Ese momento en el que quieres gritar hasta desgañitarte la garganta para no acabar llorando. Ese momento en el que se te antoja una caja de pastillas antes que afrontar el mañana. Cobarde, cobarde, cobarde. Saltaría a las vías si me dejaran.

Soy un cartucho de dinamita al lado de la lava.

Soy un vaso de fino cristal de nitroglicerina cayendo al suelo. Boom. Ese momento en que quieres gritar y alguien te obstruye la boca con una mano. Un saco de basura. Un saco de cadáveres. No te dejan. Te ahogas. Sangras por dentro... y mueres.

Soy un saco de dolor, rabia, ira, llanto, infantil, miedosa. No valgo. No sirvo. Quiero mi rincón. Quiero que me devore el monstruo del armario. Quiero que el monstruo de debajo de la cama me repase los huesos. Quiero que vuelva. Quiero que esa cosa se vaya. Dos años a lo mejor antes. A lo mejor todo iba mejor. Quiero gritar y no puedo. Quiero llorar y no me dejan. Quiero morir.

QUIERO GRITAR

martes, 26 de febrero de 2013

Medusa, quiero mi musa

Voy por mi tercer café y estoy intentando recordar dónde me quedé con La venganza de la Princesa Poe.

¡Martes! ¡Resaltando lo obvio para que me odies!

Ya por la mañana me ha costado horriblemente salir de la cama, pensando en la jornada del día y en la bonita pila de trabajo que me esta esperando. Los martes y sus dobles tiempos. Peores son los jueves, con tan poco tiempo según salgo de clase. Brrr... Qué tirria les tengo. Y hablando de tirria, Él hoy sale con ella (& company) así que un poco de trabajo para no pensar no me vendrá mal. ¿No?

Además de tener que estudiar, hoy prometo terminar la maldita descripción del demonio. ¿Que por qué no lo hice ayer? Pues porque estaba cansada y me daba pereza. Una excusa muy mala, pero mejor no hacer que me salga forzado (y repetir). Por lo menos inicié el proceso de congelado del reptiloide al que tanta... tirria... huh... le tienen mis dos lectoras favoritas. Kobolds, dekus, alienígenas y más alienígenas (son humanos, pero para la protagonista, como venís de la Vía Láctea...). ¿Por qué me da la sensación de que me voy a acostar tarde?

La venganza es un plato que se sirve frío, dicen por ahí. El de la Princesa Poe ya se estará congelando, ¿no? Hace un mes que lo empecé y de momento llevo dos tristes escenas y que no hay manera de que siga. No sé si es porque el teatro no me termina de convencer y sería mejor hacerlo en narrativa (con todos sus escabrosos detalles) o si es que no tengo ni tiempo ni musa. Necesito quitar algo de la lista para ponerme con eso.

Para añadir un poco de cultura al plato de hoy, leí el otro día un artículo sobre el Medusa, en Censura Siglo XXI que me gustó mucho. Conocía el cuadro, pero no la historia que escondía detrás. A veces no me vendría mal echarle un vistazo a los libros de historia pero es que si no se me da un referente, no sé que mirar. Me pasa lo mismo con los artículos de la Wikipedia. De esos días que acabo empezando por las abejas y termino en flatulencias (lo recomiendo, en serio. Sobre todo el apartado de La flatulencia en la literatura y el arte, para reírse un rato con las referencias. Aquí el artículo). Que también he probado a darle al botón de "Artículo aleatorio"... pero es que ¡siempre! me remite a tierra. Quiero decir, geografía... países, islas, continentes, pueblos. Y eso me aburre porque la geografía me odiaba en secundaria.

Y yo me pierdo... ¿Qué estaba diciendo? ¡Ah, sí! (Un día de estos me convertiré en Miss Post-it). El Medusa. El artículo es corto y no te llevará mucho leerlo si tienes ganas. ¡Hola, soy el enlace para ir a un fragmento de cultura! Los cuadros, el arte de antes, me gustan mucho. El arte moderno nunca lo entenderé. Cuando daba lo que se puede llamar historia del arte en versión resumida, disfrutaba como una enana (expresión que nunca entenderé).


Tentaciones.


Hoy es un día para sonreír. Y para darle una patada en el tentáculo trasero del mal humor.


Mañana miércoles. Así que casi casi quedan dos días para el fin de semana. A ver si me llega la energía para sobrevivir.

¿A que soy una monada?

domingo, 24 de febrero de 2013

Ralladas de queso

Censura. Es una palabra corta que últimamente me jode mucho en mi viejo hogar. Y cada día, un poco de cal al cazo del odio. Ya no sé ni como enfocar las entradas para dar una (¿falsa?) inocencia. Todo se puede malinterpretar, todo se puede leer de manera que ella diga "¡se refiere a mí!" entre lloriqueos de una falsa y una angustiosa. Mil veces habré borrado ya lo que debería publicar el lunes, mil veces me habré pensado ya las distintas maneras de decir las cosas. Y mil veces me he dicho que estoy harta...

y, sin embargo, no puedo hacer nada.


Pasando a terrenos más alegres (¿en serio?). Anoche, después de estar rallándome con queso de "¿por qué Batman no sale ya con la fotógrafa tan mona que era acosada (sexymente) por Joker?", decidí ponerme con los alienígenas. Una frase y media después, intentaba hacer un mínimo esbozo de lo que sería la entrada del lunes para... mi antigua madriguera. Y claro, siguen habiendo problemas a pesar de que haya tenido que cerrar. Empezaba una frase, la borraba, empezaba otra, sacaba un párrafo y "esto no le gustará y me obligará a borrarlo porque ella lo leerá y la tendrá y, por supuesto, la culpa será mía" y a borrar. Lo cual terminó por fustrarme, por no sacar nada y por no terminar la descripción del Templo del Bosque.

Lo que significa que sí, esta noche me tengo que quedar hasta las tantas para terminarlo de una vez, a pesar de que me tengo que levantar hipertemprano para acompañar a mi mana a clase y luego trabajar. A pesar de eso, tengo que terminarlo o me ahogo. Los kobolds se meten por medio con sus lágrimas (cuando tu chica está en la cama agonizando porque la han empalado por la espalda con una espada, no es para menos), la muchacha curiosa, intrépida y algo valiente de Atlantis, se horroriza ante la aguja del Dr. Beckett, Lirum está a punto de ser congelado (se lo merece, creedme) y... ella (no puedo decir el nombre), la humana favorita de Jack, está tumbada en el suelo después de haber pasado por: una pelea con un ser extraño, una paliza por parte de unos humanos, huir de un ravager, rescatar y entregar a un pobre niño, defender a este y su madre de un brawler que le terminó de apañar las costillas (además de los tiros, las patadas, tirar de sus dos extremidades curiosas y demás por parte de los humanos tan majos ellos), un envenenamiento por parte de la mujer de su ex-amante (Capelli) que sabía lo que le daba.


Una semana dura, me espera.


Ojalá se vaya pronto.



Sí, ojalá esa zorra se vaya pronto
para poder restaurarlo todo
y dejar de preocuparme
por lo que digo.

jueves, 21 de febrero de 2013

Dekus y quimeras

¡Jueves! Resaltando lo obvio, como tiene que ser.

Ya queda menos para que llegue el fin de semana y aún tengo mucho trabajo de por medio. Una de las cosas que me gusta hacer es escribir (de todo...) y por eso iba a decir que tengo un capítulo de una historia alienígena por terminar (al menos, hasta lo que me gusta llamar punto de control) y esta noche meterle caña, alegría y salero a la descripción del Templo del Bosque, que anoche...

...anoche lo pasé muy mal. Ya no solo te limitas a enfadarte conmigo, a acusarme, a "insultarme", a desconfiar de mí, si no que parece que hagas todo lo posible por herirme...

... anoche por algún extraño motivo (nótese la ironía) no tenía ni pizca de ganas de sentarme frente a un Link impaciente porque continuara, a un deku que me miraba inexpresivo a través de las palabras y del papel usado, a las letras en tinta que narraban... lo que yo quería que describieran. Hice un par de frases, miré la oscuridad reinante en la sala sur y decidí que no tenía ganas de forzarme a continuar.

Y eso me jodió mucho porque para eso tengo que sacar tiempo hasta de debajo de las piedras. Eran las dos de la mañana, estaba cansada y saqué tiempo. Pero no tuve nada porque estaba peor que la noche anterior. No quiero recalcar lo obvio, pero la culpa la tiene eso y su séquito. De verdad, que amargura.

Así que hoy... quiera o no quiera, me sentaré a escribir hasta que llegue al punto de "¿y ahora?". Hasta ese punto. Por lo que nada de rallarse con queso, que ya tenemos bastante con todo... toda esta puta mierda. Joder.

Hoy no había clase porque mi profesora (a la que tengo en un pedestal) se iba de excursión con los peques. Que monos son. Hasta que crecen y se convierten en lo que se convierten. Hay excepciones, pero suele ser lo normal. Los peques. Me encantan los niños. Y luego se hacen mayores y mira, como suele decir mi mae, mirándome con esas miradas de ejemplo. Pero que lo dice con cariño.

A mí, sobre todo, me gustaría saber por qué intento enfocar a una quimera como si fuera algo humano. Entended que, en la fase en la que estoy escribiendo (es alto secreto y nunca verá la luz) han perdido lo poco "humano" que conservaban. No ven más allá del grupo. Excepto Jack. Pero es una larga historia (veintisiete páginas). Se resume en que no tiene los típicos sentimientos humanos. ¿Por qué habría de enfadarse, irritarse, cabrearse incluso por una incomodidad humana? Empiezo a pensar que la situación actual me está afectando al punto de que los personajes que van por parejas se pelean porque yo estoy mal. Así que... abstinencia con ello.

Mierda.

Me recuerda a Jack.

martes, 19 de febrero de 2013

¿Qué hay de nuevo, forastero?

Hoy la gente está más idiota de lo normal. Será el tiempo, que está nublado.

Hace nada que he salido de la temporada de exámenes y ya estamos de vuelta. La semana que viene, otra vez codos. Es para desesperarse. Pero como no queda otra y ya he pasado uno de los exámenes más pesados y problemáticos de una de las asignaturas que tengo, estoy, por así decir, más relajada.
Lo cual es una ventaja. El examen es de un tema (el otro es literatura catalana, ¡puaj!) así que prácticamente va a ser coser y cantar, si es que no me fallan los problemas de genética. Que son bastante entretenidos.

Sigo buscando libros de dragones, aunque ahora estoy leyendo un libro del Oeste, lo cual es nuevo. Nunca antes me había enfrentado a libros de este género. Películas, sí. A montones. Me encantan. Sobre todo las que son antiguas. Cuanto más viejas, mejor. Las mujeres de antes eran bonitas, sin cirugía ni pastillas ni tonterías que hacen ahora las mujeres del cine para aparentar estar "bonitas". Las del Oeste son las mejores. ¿Y los hombres? No sabría que decir de ellos.

Parece que las cosas por el frente están algo más tranquilas y no he recibido noticias de problemas... claro que es cosa de esperar porque siempre salta un poco... de repente. Es muy estresante. Intento no rallarme con queso con el asunto, pero es complicado. Todo es complicado cuando ella anda cerca. Al menos, es la sensación que tengo.

Hoy tengo bastante que hacer y, antes de que se me olvide, mencionar que los días oficiales de actualización de Trinchera son: Martes, jueves y domingo. Los demás días es posible que también publique, no siempre, pero... de eso que tienes algo que decir y no son esos tres días. Los que he mencionado son fijos. O al menos, eso intentaré. La vida es eso que pasa mientras intentas mantener al día el blog, ja, ja, ja, ja.

Aunque salí del mundo del BDSM con Dragón hace bastante, me sigue gustando leer a gente (no con mucha frecuencia, tengo la mala costumbre de saturarme de un tema, dejarlo de lado y luego retomar pasado un tiempo) que lo practica. Quiero decir sumisos/as (mayoría sumisas) y Amos/as. Es bastante común el Amo y sumisa. Aunque también se puede dar el caso de Ama y sumisa, Amo y sumiso, Ama y sumiso. No hay una regla escrita sobre esto. Es según las personas. Yo, aunque tengo alma de soldado, ser sumisa me puede. Es como si tuviera una parte en mí, rebelde y con un sentimiento de anarquía que dijera NO. Así, con mayúsculas. Un grito fuerte y potente.

Me gustaba, lo pasé bien... pero por algún motivo, no termina de encajar conmigo. Es como intentar vestirme de blanco. Me tiraré al barro queriendo o sin querer.

Otra cosa que adoro son los blogs adolescentes. Blogs que rezuman juventud, alegría a veces mucha depresión. Aunque también se los puede llamar ¿modernos? Será por el estilo, pero si no me gusta cómo o qué escriben, dejo de leer. Siempre doy oportunidades, pero si no me gusta, ¿para que seguir leyendo? Cada uno somos como somos.

Y ya que estoy con el tema, muchas veces me he sorprendido de ver bloggers con doscientos o trescientos ¡o quinientos! (y más) seguidores, llegando al extremo de 1.000 y pico. ¿Fama? No lo sé. Pero a veces me quedo, leo... y puede que no sea del otro mundo. No sé que tienen, que atraen tanto. "Conozco" una bloggera que sí se ha ganado tantos seguidores. Pero ¡ojo! no digo que el resto no se los haya ganado. Quizá sí, quizá no. Pero ella, creo que sí se los ha ganado.

Una persona feliz, radiante y que cuesta ver triste. La chica que comía margaritas. Otro día os dejaré la dirección para que la visitéis (sobre todo cuando estéis depres), porque su alegría es contagiosa.

Ahora que lo pienso,

me apetecen anacardos.


domingo, 17 de febrero de 2013

Costumbres

Tener que cambiar de lugar, así, tan repentinamente, me agobia un poco. La otra madriguera no la he abandonado del todo... sigue ahí, pero es como que, mientras tanto, pasaré de cuando en cuando por lo que tan apropiadamente he llamado Trinchera.

Prácticamente me han echado y me siento un poco desterrada... Pero es lo que pasa cuando la gente que no conviene se interpone en el camino de una.

Resulta... muy agobiante.